Trabajaba por la sustitución de cultivos y generando proyectos sociales para su comunidad. Hombres armados lo sacaron de una reunión.
“No podemos ser indiferentes tenemos que acoger a los amigos, hijos de nuestros amigos, familiares, hermanos”. Este era el tono en el que hablaba el líder social Marco Rivadeneira, un campesino del Putumayo curtido por los años de lucha social. Ayer lo callaron.
Diana Sánchez, directora de la Asociación Minga acompañó y testificó su liderazgo:
"Deja en una orfandad infinita a las comunidades de esa zona, particularmente Teteyé. Esa región por la que tanto luchó y tanto trabajaba", indicó.
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Manejaba las prioridades de las veredas: electrificación, mejoramiento de carreteras terciarias, las ayudas humanitarias para las víctimas de la erradicación forzada, entre otros.
Quienes le conocieron aseguran que los días de trabajo del líder Rivadeneira eran tan largos como sus noches. Siempre escuchando a las comunidades y gestionando con funcionarios de turno o exigiéndole al Gobierno.
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"Responsabilizamos al Gobierno nacional por no luchar contra el crimen organizado en esos territorios (...) y particularmente a la ministra del Interior, Alicia Arango, quien hace pocas semanas dijo allá en Puerto Asís, en la tierra de Marco Rivadeneira, que en Colombia asesinaban más por robar un celular que por ser líderes sociales , explicó Diana Sánchez, de la Asociación Minga.
Las comunidades en la región del Putumayo históricamente han sido violentadas y estigmatizadas. Viven bajo la trampa de la supervivencia de los cultivos ilícitos y fue Marco quien, en medio de la confrontación de la erradicación forzada, promovió la mesa de concertación para la transformación productiva del corredor de Puerto Vega - Teteyé en Puerto Asís.
En ese compromiso andaba cuando le arrebataron la vida.
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