“¡Mandaste a matar a mi hijo!”, eran otros de los gritos de rabia y dolor que se escucharon durante el acto.
“Sinceramente me arrepiento del daño que causé” al ser jefe paramilitar, dijo.
“He venido a pedirles a ustedes con el corazón que me perdonen en el nombre de Dios”, agregó.
Una jueza de ejecución de penas le había revocado a ‘don Antonio’, en septiembre pasado, la pena alternativa de ocho años de prisión de la ley de justicia y paz.
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Dispuso en su lugar hacer efectivas las penas principales de 40 años de cárcel y una multa de 50 mil salarios mínimos legales vigentes, así como la inhabilidad para el ejercicio de derechos y funciones públicas por el lapso de 20 años.
A Fierro Flórez le fueron imputados 170 hechos delictivos con alrededor de 184 víctimas, cometidos durante su permanencia en las AUC.
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Asimismo, la jueza le negó la libertad por pena cumplida en razón de no haber cumplido todos las obligaciones impuestas en la sentencia, tales como ofrecer disculpas públicas a las víctimas por los delitos cometidos en los términos fijados por la magistratura y negarse a asistir a todas las diligencias judiciales, “demostrando así su renuencia y falta de compromiso de contribuir a la satisfacción de la verdad”.
También lo cuestionó por no haber entregado voluntariamente bienes para la reparación de las víctimas.