Desde la base JB ARC Málaga de la Armada Nacional se coordinan las operaciones fluviales más importantes del Pacífico colombiano. En el interior de la unidad militar son estudiados algunos de los semisumergibles que son descubiertos cargados con cocaína e incautados.
“Una lancha normal de transporte marítimo; después, les introducen motores diesel en su interior; después, (proceden) a cerrarlos completamente herméticos; después, los vuelven eléctricos con posibilidades de mantenerse debajo del agua”, comenta el almirante Gabriel Pérez, comandante de la Armada Nacional.
Cada una de estas embarcaciones cuenta con motor, ventanas y una amplia bodega para almacenar y transportar la droga.
“En Colombia se han incautado alrededor de 227 artefactos ilegales entre semisumergibles, sumergibles y lanchas de bajo perfil, desde 1993 hasta la fecha”, señala Diego Molano, ministro de Defensa.
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El 60% de esas embarcaciones, es decir, 111 semisumergibles, han sido incautadas en los últimos tres años. El papel de los marinos es fundamental en estos certeros resultados.
“Lo más complicado es ir a realizarla (la operación) como tal, porque uno va a enfrentar un ambiente diferente al cual uno está acostumbrado”, afirma Luis Florián, buzo de la Armada Nacional.
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A través de una cámara, las autoridades monitorean todo lo que el buzo ve bajo el agua y así se garantiza el éxito de cada operación militar.
“Todo este componente nos ha permitido incautar, en este año, 247 toneladas de cocaína”, anotó el comandante de la Armada Nacional.
Entretanto, la cooperación internacional y el incremento de las operaciones marítimas en aguas del Pacífico continúa en esa histórica lucha contra el tráfico de drogas.
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