Durante meses, Dijín y Fiscalía realizaron seguimiento a los integrantes de la red criminal que enviaba a familias enteras cargadas de droga a San Andrés.
Los delincuentes se reunían a plena luz del día en concurridos centros comerciales de Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cartagena.
Desde allí controlaban los envíos de droga en maletas doble fondo hasta la isla.
Cuando la cocaína llegaba a San Andrés era guardada en unas bodegas especiales hasta completar cerca de 500 kilos o una tonelada y luego era enviada en lanchas rápidas hacia Centro y Norteamérica.
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Las familias que eran reclutadas para dicha actividad viajaban en vuelos comerciales bajo el ofrecimiento de una recompensa económica y con la seguridad de que no sería pillados, pues la red de narcos había ‘comprado’ a las personas encargadas de los controles de seguridad.
“Tenemos personas vinculadas por corrupción en puertos y aeropuertos por el tráfico de drogas hacia San Andrés”, dijo Ricardo Carriazo, director contra el narcotráfico de la Fiscalía.
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En contexto: Así reclutaban a familias enteras para llevar maletas cargadas de droga a San Andrés