En Bogotá, ya hay un preacuerdo para el retorno de parte de las comunidades indígenas que se encuentran a la espera de un traslado hacia sus territorios.
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Serán 129 familias, es decir, cerca de 433 personas que hoy están en el parque La Florida, noroccidente de Bogotá, y que serán trasladadas a finales de febrero hacia regiones como Bagadó y Carmen de Atrato, en el Chocó, y Pueblo Rico, en Risaralda.
“Garantizando seguridad de forma directa y también perimetral en cada uno de los dos comandos que se tienen en el territorio”, declaró Ramón Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Víctimas.
Sin embargo, donde aún no hay acuerdo es para el retorno de los indígenas asentados en el Parque Nacional.
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“Para los que no están caracterizados se espera concertar una ruta que garantice el enfoque diferencial”, dijo el líder indígena Jairo Montañez.
Líderes de los resguardos que llegaron a Bogotá a concertar aseguran que urge el traslado, pero solo si hay garantías de seguridad.
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“Yo quisiera llevarme a mi gente a mi pueblo, al territorio. Sé que la ciudad es complicado y la situación es dura”, dijo Julio Restrepo, autoridad del resguardo embera chamí.
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Desde el Distrito y Gobierno nacional hicieron un llamado para concretar este proceso.
“Esperamos que con el llamado de las autoridades y los gobiernos mayores del territorio ancestral que hoy están en Bogotá, comprendan que debemos facilitar este proceso para que el retorno se dé”, indicó el alto consejero de Paz de Bogotá, Vladimir Rodríguez.
Los indígenas ya completan cuatro meses asentados en el Parque Nacional.
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