Una comerciante fue secuestrada en su propia casa por un hombre que trabajó para ella. El sujeto se ocultó entre los matorrales aledaños a la vivienda de su víctima, ubicada en La Calera, Cundinamarca, en la madrugada de este 4 de febrero.
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Hacia las cuatro de la mañana, el sujeto rompió una ventana del inmueble y llegó hasta la alcoba de su víctima, donde la amenazó con un cuchillo y la forzó a llamar por teléfono a un hermano.
La mujer secuestrada dijo que “un señor la estaba torturando si no le llevaba 20 millones. Que me daban media hora”, relató el familiar de la mujer.
“Empezó a hacerle presión para que ella llorara y gritara” durante la conversación, agregó.
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El hermano de la mujer secuestrada llamó de inmediato a la Policía.
El general Óscar Gómez, comandante de la Policía región sabana, dijo que ahí empezó “un trabajo inicialmente de negociación, en el cual se busca ganar la confianza del victimario en vista de que esta persona, este delincuente, había lesionado inicialmente a la señora”.
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Los uniformados le pidieron al secuestrador que dejara ingresar a un paramédico para atender a la secuestrada, a quien le causó cortadas en la cara y el cuello.
El hombre que le brindó los primeros auxilios era un policía encubierto.
El delincuente se atrincheró en el baño del segundo piso y los agentes aprovecharon un error del sujeto para rescatar a la secuestrada.
“En el espejo del baño él miraba hacia allá y el policía observa el espejo y ve que tiene un pequeño descuido y él se abalanza contra el sujeto, inmediatamente lo logra reducir y el personal del modelo ingresa y lo neutraliza con el táiser”, detalló el general Gómez.
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Según el oficial, “este individuo se había ganado la confianza de los propietarios de la residencia, había laborado hace algunos meses aquí en esta casa y también prestaba algunos servicios en los alrededores de algunas fincas”.