En Bogotá la pólvora
está prohibida desde hace varios años. Existen tres leyes a nivel nacional que establecen su restricción. En el caso de la capital hay dos decretos.
“La norma a nivel nacional nos establece que el expendio de pólvora está permitido para cierta clase de dispositivos que no requieren mayor complejidad, sin embargo, quien la adquiera y quien la venda debe cumplir con unos lineamientos técnicos muy específicos establecidos por las autoridades municipales, y en este caso las autoridades distritales”, recalca Camila Cortés, directora para la gestión policiva de la Secretaría de Gobierno.
La pólvora está prohibida, la pirotecnia no. ¿Cuál es la diferencia? Lo explica Andrés Carvajal, presidente de Fenalpi, agremiación de comercializadores de estos artefactos.
“La pólvora es un tipo de productos que no tienen instrucciones de uso, no tiene advertencias, no se sabe quién es su fabricante. Viene con una mecha que incluso puede prender con el rozamiento. En cambio, los productos pirotécnicos formales están autorizados para la categoría uno y dos: venta para adultos responsables”.
La categoría uno “son las chispitas, los dispositivos de humo, productos in door que se utilizan incluso en interiores”, y en la categoría dos entran “las tortas, las fuentes, volcanes, cohetes, que son productos que vienen con instrucciones de uso, de advertencia”, agrega el vocero de Fenalpi.
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Está prohibida la manipulación de pólvora por parte de menores de edad, tampoco personas en estado de embriaguez o con alguna discapacidad mental.
Otra controversia tiene que ver con el transporte de estos juegos pirotécnicos.
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Se pueden llevar hasta 450 kilos en un carro, pero este “debe tener unas condiciones especiales, también en el dispositivo de almacenamiento unas condiciones específicas, un sistema con incendios, un extintor, unas capacidades técnicas que le permitan operar con el menor riesgo esa pólvora”, indica la directora para la gestión policiva de la Secretaría de Gobierno.
La multa a las personas que transporten, manipulen o permitan que un menor de edad se queme con pólvora van desde los $620.000. En caso de ser los padres, podrían perder la custodia legal del menor y enfrentar procesos penales y civiles.