A Germán Trujillo le otorgaron el beneficio, ya que admitió los cargos y devolvió 2.000 millones de pesos de los contratos del Programa de Alimentación Escolar.
Según la Fiscalía, el contratista manejó irregularmente contratos por más 37 mil millones de pesos y entregó alimentos en mal estado a los niños beneficiados por el convenio.
Trujillo fue descubierto gracias a las cifras astronómicas que cobraba por víveres de bajo valor.
“Había una factura correspondiente por 30 millones pesos que dice suministros de tamales”, declaró en su momento Néstor Humberto Martínez, fiscal general de la Nación.
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Para Julio Acosta, abogado penalista, al contratista debería imponérsele una medida de aseguramiento debido a que estuvo 5 meses huyendo de la justicia: “pareciera ser entonces que acá lo que se hizo fue premiarle el desfalco”.
En cambio, para Darío Bazzini, defensor de Trujillo, la medida se justifica ya que “el procesado se presentó voluntariamente a la fiscalía y, adicionalmente, hizo un depósito judicial”.
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El llamado zar de la contratación está buscando un preacuerdo con la Fiscalía, pero es poco probable que se le otorgue este beneficio porque, siendo la cabeza del desfalco, no tiene una instancia superior que pueda delatar.
Por los mismos cargos, han sido detenidos la exsecretaria de Educación departamental Ana de Dios Tarazona y el exgerente de programa Aníbal González.
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