Más de un año de seguimientos permitió a los investigadores llegar hasta la casa del jefe de la organización y lugar, según la Policía, donde se repartían el botín hurtado a los transportadores.
Entre los capturados se encuentra una mujer quien, según la Policía de Tránsito, era la que alertaba a sus cómplices, disfrazados de policías y militares, sobre los camiones que pasaban por las carreteras de Cundinamarca.
Una de las llamadas fue interceptada por la Policía: los delincuentes secuestran y roban a un conductor; uno de los cómplices coordina por teléfono el asalto mientras monitorea el GPS del vehículo para dar con la ubicación exacta.
En un año, hicieron cerca de 7 mil millones de pesos.
Publicidad