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Por esta actividad ilegal, en Santa Rosa de Cabal, fueron capturadas once personas. Hasta 17 dosis diarias recibían los empleados.
Policías disfrazados de campesinos lograron infiltrarse en la finca Varsovia y grabar el material probatorio, donde se evidencia cómo los recolectores hacían fila para recibir el ‘sueldo’.
“A los trabajadores los esclavizaban y les pagaban con estupefacientes, induciéndolos así al tráfico y al consumo”, detalló el coronel César Rojas, comandante del batallón San Mateo.