Vendedores que no podrían entrar por la restricción advierten que los alimentos se van a dañar. Por la cantidad de gente, las medidas sanitarias no se vieron.
“La administración nos puso a hacer una fila de dos horas para que radicáramos una carta para que nos dejaran entrar, y ahora nos dicen que no nos dejan entrar porque la cédula es impar”, denuncia una de las personas que comercializa alimentos en la central de abastos.
Desde muy temprano, las personas que traen el mercado para abastecer los locales se encontraron con congestión a la entrada debido a la medida del pico y cédula. Las extensas filas y la cantidad de gente impedían que las personas estuvieran a dos metros de distancia.
Los comerciantes esperan que la situación mejore, pues muchos manifestaron que, de seguir las complicaciones para el ingreso, no volverán a traer productos a la central.
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