Yamilec Rivas Valoys es una joven basquetbolista de 17 años que le ganó la batalla al coronavirus.
Según los médicos que la atendieron, es un ejemplo claro de que el COVID-19 hace estragos aún en personas que no tienen enfermedades de base.
Después de 10 días de batallar, ganó el partido y está recuperándose en casa, pero antes protagonizó un emotivo reencuentro con las integrantes de su equipo de básquet en el pasillo de la UCI de una clínica de Quibdó, después de salir victoriosa de su lucha.
La deportista estuvo en la unidad de cuidados intensivos y ad portas de un paro respiratorio. Para el personal que la atendió fue todo un desafío.
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“Si no la aceptábamos nosotros, no la iba a aceptar nadie más y se iba a morir”, manifestó Carmen Gómez, intensivista de la Clínica Santiago de Quibdó.
En medio de lágrimas, pero de emoción, y con muy pocas palabras, Yamilec agradeció las muestras de cariño.
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“Los quiero mucho, que se cuiden, que se cuiden mucho” expresó.
Una vez más queda demostrado que el COVID-19 no escoge ni sexo, ni raza, ni mucho menos edad.
“La vida prevalece por cualquier cosa, el cuidado, y el saber que a pesar de jóvenes también podemos pasar por estas circunstancias”, subrayó Jahaira Gamboa, directora del equipo Águilas Basketball Club.
La joven deportista deja libre una cama UCI, que quizá los médicos tendrán que priorizar para dar atención a un nuevo paciente.
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“Porque camas no hay, Yamilec contó con suerte de poderla tener en esta unidad de cuidados intensivos”, aseguró Gómez.