Laura Camila Huertas, estudiante de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, es una de las tantas vidas que esta pandemia se ha cobrado.
La joven de 21 años y su mamá eran muy rigurosas con los cuidados, más por el antecedente de cáncer de pulmón que padecía esta joven. Sin embargo, en una salida para un control médico, se contagió.
Ella asumió con valentía otra prueba más en su vida, el COVID-19 , pero el virus comenzó a mostrar su fuerza y Laura sintió miedo días antes de entrar a una UCI.
“Los dos últimos días me decía: ‘mami, tengo miedo’, ‘esto es muy serio’, ‘no respiro’”, afirma Marcela, la madre.
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Desde ese momento, Laura tomó la decisión de usar sus redes sociales para crear conciencia. “Ella no era mucho de posar en redes sociales, pero esta vez lo hizo y decía: ‘mami, yo tengo que decirle a la gente que se tiene que cuidar, a mis compañeros que se tienen que cuidar porque esto es muy serio, esto es de verdad’”.
Los niveles de saturación de oxígeno comenzaron a bajar considerablemente y tuvo que ser intubada, pero, antes de eso, le pronunció estas palabras al intensivista: “yo no rezo, pero confío en ustedes”.
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Dos días después, falleció.
Sus compañeros de curso la recuerdan con aprecio y su profesor, Gerardo López, con estas palabras: “me hará infinita falta mi monitora. Ella nos está dejando unas grandes lecciones”.
Esas y muchas otras lecciones las dejó por escrito. “Hay una agenda que encontré, aparte de su agenda de actividades, y decía: ‘gracias por este día’, ‘gracias por la vida’, ‘gracias porque el cielo hoy está hermoso’”, manifiesta entre sollozos doña Marcela.
Agradezco a mi cuerpo el permitir moverme y estirarme, lo escucho y siento su dolor, pero confío en que es sabio y sabrá curarse. Gracias por mi vida y por tener mi madre a mi lado.
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