Se fueron a vivir a un complejo de viviendas que no tiene servicios básicos. Aunque el proyecto no prosperó, no tienen a dónde ir.
“El agua no es potable, tenemos el agua del río que aquí mismo hacemos la necesidad de estiércol, como se dice, y al igual de ahí tenemos que coger el agua para el servicio para tomar, para bañarnos”, dice una de las desplazadas.
Hoy solo piden que no los saquen, y si eso llegara a ocurrir, que les garanticen un techo para resguardarse, eso sí, con servicios básicos como agua potable.
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