Yefer Gamboa, alcalde de Nuquí, en Chocó, tuvo que exiliarse del municipio porque asegura que recibió amenazas y extorsiones de las autodefensas gaitanistas. Aunque su deseo es volver a su territorio, señala que no tiene garantías de seguridad.
“El día que las condiciones estén garantizadas yo vuelvo al municipio, no me eligieron para estar fuera del territorio. Nos entristece, pero nos anima a trabajar más por el municipio”, afirma.
Nuquí es una de las zonas más turísticas del Chocó. Su alcalde asegura que cuando visitaba a las comunidades siempre estaba el asedio de los grupos armados.
“Cada vez que yo llego a las comunidades llego acompañado de la Armada, les molesta eso, les molesta que hagamos los consejos de seguridad, que son temas totalmente normales dentro del ejercicio de la administración”, dice Gamboa.
Así como él, el alcalde de Sipí vivió algo similar. Trabajó por varios meses desde Istmina debido a los enfrentamientos entre el Clan del Golfo y el ELN. Hoy retornó al municipio.
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“Que la fuerza pública permanezca un buen periodo de tiempo para que la gente pueda retornar a sus necesidades cotidianas y nosotros como administración podamos avanzar en el tema administrativo eso es lo que nosotros queremos”, pidió Juan Rivas.
Entre tanto, desde la Secretaría del Interior del Chocó aseguró que, aunque los mandatarios de Bagadó, San José del Palmar, Sipí y Río Iró retomaron sus actividades, no lo hacen con total libertad.
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“Debido a eso hay dificultad para desplazarse, sus funcionarios tenemos que como gobierno departamental y gobierno nacional articular y darles la garantías para que esos funcionarios se vayan a realizar sus actividades que tienen como derecho constitucional”, indicó José Guido Mena, secretario del Interior.
De acuerdo con un reporte de la Defensoría del Pueblo, al menos 12 alcaldes del país trabajan desde otras zonas por amenazas en su contra.