El relator Michel Forst aseguró que parte de su trabajo lo hizo a distancia porque la administración de Duque no lo volvió a invitar a Colombia.
Sigue la polémica por cuenta del informe que presentó la oficina de la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos en Colombia.
“Cerrar la oficina, no las Naciones Unidas, que son dos cosas muy distintas. La oficina de derechos humanos que no trabaja, que hace unos informes sin trabajar; se basa en cifras de las entidades colombianas, pero las tergiversa, las manipula”, aseguró Macías.
En un reciente comunicado, la oficina de Naciones Unidas señaló que sus reportes ofrecen recomendaciones constructivas para aportar al desarrollo sostenible y a la construcción de paz en el país.
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El senador Iván Cepeda también se pronunció sobre la propuesta de Ernesto Macías.
“Si Colombia decidiera decirle adiós a la oficina de derechos humanos, se pondría al nivel de las dictaduras y las tiranías más burdas del planeta”, apuntó.
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El consejero Emilio Archila, quien también cuestionó el informe de Naciones Unidas, no respaldó la idea del senador Ernesto Macías, pero tampoco la rechazó.
Al debate se suma que Michel Forst, relator de Naciones Unidas que evaluó la situación de defensores de derechos humanos y líderes sociales en el país, aseguró que parte de su informe lo hizo desde la distancia porque, a pesar de varios intentos, no recibió invitación del gobierno para regresar al país en 2019.
Este miércoles 4 de marzo, Forst presentará su informe en Ginebra, Suiza.
Puntos que molestaron al Gobierno
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En la presentación del informe de derechos humanos, realizada el pasado 26 de febrero, se dieron las primeras diferencias.
Ese día el primer punto de discordia fue el Esmad. El documento expuesto por Alberto Brunori, representante del alto comisionado de la ONU, plantea adecuar sus protocolos a estándares internacionales.
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Además, el informe fue duro al citar posibles hechos de violación de derechos humanos por parte de miembros de la fuerza pública.
Planteó, incluso, que la Policía se agregue al Ministerio del Interior y que se modere el uso del Ejército en manifestaciones.
Otro punto de diferencia tiene que ver con las preocupaciones de Naciones Unidas acerca de la implementación del acuerdo con las FARC.
Finalmente, enciende alarmas por el asesinato y la agresión a defensores de derechos humanos y pueblos indígenas.
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En contexto: Duque dijo que la crítica que hizo al informe de la ONU no estaba dirigida a toda la organización
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