En la empresa Estanterías Medellín
no solo son expertos en metalmecánica, también en dar segundas oportunidades. De las 24 personas que aquí trabajan, 13 le han ganado la batalla a las drogas y al alcohol. Pero lo mejor de esto es que los beneficiados recuperan sus sueños y sus familias.
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“Venía de la drogadicción, llevaba muchos años consumiendo, los jefes me dieron la oportunidad y aquí estoy dándome la pelea”, cuenta Juan Daniel Gómez, que superó la adicción.
Natalia Herrón y Oswal Ramírez son los ángeles en esta historia. Esta pareja de esposos no solo se comprometió con generar empleo, sino en recibirle la hoja de vida a quienes creen que difícilmente pueden ser acogidos en algún lado.
Natalia los describe como “gente extraordinaria, son personas con muchas equivocaciones, pero con cosas importantes para rescatar”.
Oswal reflexiona que los adictos “no son un cero para la sociedad. Yo les digo que les voy a pagar 50% más del sueldo con tal de que dejen el vicio”.
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Además de tener un sueldo, les dan tiempo para estudiar. Todos tienen corazón de acero, porque aunque el pasado de vez en cuando quiere tocar a la puerta, ellos ya la sellaron.
Jam Velasco reconoce que su dificultad “era el trago y el alcohol, y pues gracias a Dios he salido adelante”.
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Esta empresa del barrio Belén, en Medellín, tiene 12 años, pero es desde hace 8 está dejando huella.
Allí, la vida de muchos ha sido moldeada como un metal. Pese a que los errores no se pueden borrar, sí hay fuerzas suficientes para iniciar una vez más.