Gigantescas piedras y el lodo arrasaron con viviendas y vehículos en la vereda Naranjal. En medio de los escombros, durante este martes, familias llegaron para buscar a allegados de los cuales no han tenido noticia desde la mortalavalancha en Quetame que deja 15 muertos y 13 desaparecidos.
Doña Susana, con barro hasta en el rostro, completa 36 horas buscando a sus parientes: “A mis hijos, a mis nietos y a la esposa de mi hijo; sus nombre son José Antonio Rojas Betancourt, Jefferson Rojas, Mariana Rojas, y mi nuera Nuri Pabón”.
Cuenta que la noche del lunes, minutos antes del deslave que arrasó la vereda Naranjal, ellos la estaban alertando para que evacuara, porque su casa está en una vereda cercana. “Nosotros veníamos de Villao y ellos nos avisaban que para donde nosotros vivimos también hay una quebrada que se crece, entonces nos estaban diciendo que nos saliéramos. Esa fue la última vez que hablamos con ellos”, relató.
De ahí en adelante, no ha sabido nada de ellos.
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Una tragedia similar la vive César Pabón, que a bordo de una moto llegó a la zona con la esperanza de encontrar algún rastro de su familia. “Tenemos en el momento ocho desaparecidos: son Pedro Pabón, Daniel Pabón; la esposa de mi tío Pedro, mi abuelita y mis tres primos”, indicó.
Este hombre cuenta que también estuvo el martes buscando entre los escombros. Así describió la cruda escena: “Solo desastre, la casa de mis tíos estaba completamente destruida, donde estaba la casa no había nada, solo quedaron las planchas del piso”.
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Don Jorge Carmona es parte de la familia Pabón y viajó desde Huila para sumarse a la búsqueda. “Vengo desde el municipio de Gigante, vengo ayudar a buscar unos familiares y unos compañeros y amigos que estaban ahí en donde fue la avalancha”, manifestó.
La intensa lluvia durante toda la mañana no ha permitido a doña Susana ni a Cesar ni a Jorge buscar más. “Que Dios nos haga el milagro de encontrarlos”, es lo único que piden.
Los equipos de rescate han realizado búsqueda de forma intermitente debido a las difíciles condiciones climáticas y ante el riesgo de que una nueva emergencia en la vereda Naranjal se pueda presentar.
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