Gracias al Ejército, pueblo de Córdoba tiene nueva carretera y se reconecta con Colombia

Tras dejar atrás la violencia, ingenieros militares, comandados por una joven teniente, construyen una vía que es todo para los habitantes de Saiza.

En Saiza, un pueblo ubicado en el suroccidente de Córdoba, saludan con afecto a los soldados de Colombia.

Y es que los militares lo tienen bien ganado, sus cinco mil pobladores, después de décadas, dejaron de usar mulas para desplazarse por una carretera que hace sesenta días empezó a construirse.

"Llegamos hace dos meses por una alerta de seguridad, llegamos con una gran operación militar esperando encontrar combates con el enemigo y lo que nos encontramos es una población habida de necesidades", explica el general Jorge Arturo Salgado, comandante de la VII división del Ejército.

Y es que a Saiza la arrasaron las FARC y los paramilitares, en sus casas todavía quedan las huellas de las cruentas tomas que dejaron decenas de muertos. Aquí no quieren a los violentos ni a los políticos, sus habitantes perdieron la cuenta de las veces que les prometieron la carretera.

"Los militares se están untando de pueblo, pero se están untando con corazón y con ganas. No como los políticos, que vienen a untarse de pueblo, pero muy poquito pueblo con promesas falsas", dice Óscar Franco Betancur.

Atrás quedaron las largas caminatas y los extensos viajes a lomo de mula hasta de ocho horas, para llevar un enfermo al Urabá antioqueño o para sacar una carga de maíz o de queso.

"Aquí se está sacando más de 10 toneladas de queso con la carretera es mucho más fácil transportar el queso y mucho más económico. Sacar queso a lomo de mula, es mucho más complicado", revela otro habitante.

Los transportadores ya recorren la vía, moviendo pasajeros y comercio desde el Urabá hasta Saiza.

"Ahora estamos dentrando (sic), todos los días está dentrando (sic) la chiva de turno y de carga estamos dentrando (sic) en la semana cuatro o cinco viajes", explica un transportador.

"En estos momentos tenemos aquí ya fundido el material, es un material de rio, el cual nos genera una muy buena compactación".

Quien explica es la  teniente Paula Torres Cardozo, la oficial más joven con mando de tropa en el Ejército de Colombia e ingeniera responsable de la construcción de la carretera y la encargada de la seguridad en esta zona de Córdoba.

"Realmente a la gente se le hace muy extraño ver que al mando de esta obra se encuentra una mujer, pero del mismo modo ellos se sienten orgullosos, de ver que nosotras las mujeres somos capaces de realizar los trabajos y de dirigir personal", agrega la oficial.

Hoy ya se han abierto 16 kilómetros de carretera, la obra está al noventa por ciento, treinta soldados protegidos por treinta militares más trabajan de sol a sol para finalizar la vía que tiene un costo de siete millones de pesos por kilómetro.

"¡La teniente es una mujer valiente! desde que llego aquí al trabajo de la carretera con nosotros, ha sido trabajando fuertemente", señala otro habitante de la zona.

El próximo 31 de marzo, la teniente Torres y sus hombres de la VII división del Ejército van a terminar esta carretera, que era nada más y nada menos que una trocha por donde, meses atrás, las FARC y el clan del Golfo traficaban con cocaína".

“El peor enemigo de los fenómenos criminales son las vías, porque las vías ayudan a que la economía sea legal, y las vías ayudan a que la institución llegue", señala el comandante de la VII división del Ejército.

La orden del comando del Ejército a sus ingenieros es clara, deben construir carreteras para la consolidación y estabilización de las zonas afectadas por la violencia, para que pueda reactivarse la economía y lleguen la salud, la educación y el comercio a estos puntos, por lo general los más pobres de Colombia.