Tras la masacre de cuatro menores indígenas en límites de Caquetá y Putumayo, el presidente de la República, Gustavo Petro, se pronunció en sus redes sociales sobre el lamentable hecho que enluta a Colombia.
“El asesinato de 4 menores indígenas en Putumayo es un crimen atroz, una bofetada a la paz que violenta las bases del Derecho Internacional Humanitario. He convocado una reunión de seguridad extraordinaria para anunciar medidas frente a estos hechos”, aseguró el jefe de Estado.
Según la denuncia de este caso, los cuatro menores habrían sido asesinados mientras huían del reclutamiento forzado por parte de las disidencias de las FARC.
El crimen, al parecer, ocurrió el 26 de marzo de 2023 cuando hombres armados, que harían parte de la estructura Carolina Ramírez de las disidencias de las FARC, ingresaron al resguardo Alto Predio, en Putumayo.
Allí, los criminales habrían reclutado a Alberto Matías Capera, un adolescente. No obstante, el 15 de mayo él, junto con otros tres menores, intentó escapar. Dos días después los cuerpos de ellos fueron encontrados.
Los pueblos indígenas lanzaron un SOS a las autoridades sobre la situación que se registra en varios territorios de la zona.
Ante el lamentable hecho, la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, también se pronunció:
“Rechazamos y condenamos el atroz asesinato de los 4 niños indígenas en Putumayo. Duele en el alma que las niñas y niños paguen el costo de una guerra absurda. Seguimos trabajando de manera incansable por la paz de Colombia”, trinó.
La ONG Human Rights Watch rechazó la masacre y pidió, de manera urgente, la protección de los niños y niñas.
Y es que la violencia en la zona rural de Caquetá no da tregua: 17 organizaciones campesinas denunciaron estar en medio del fuego cruzado por la disputa de las disidencias de las FARC. Cerca de 15 mil personas estarían en riesgo.
Indepaz pidió que esta zona sea convertida en una región de paz para así encontrar una salida al conflicto armado.
Además, la oficina del Alto Comisionado para la Paz emitió un comunicado rechazando esta masacre: "El reclutamiento de menores es un crimen de guerra que afecta a los niños y niñas, también a sus familias y comunidades". Asimismo, recalcó que las disidencias de las FARC "desconocen el DIH y constituyen un atentado a la paz".
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