Más de 800 familias se encuentran afectadas porque el tanque de concreto elevado, que almacenaba el agua, se cae a pedazos.
El agua en Caracolí debe ser sacada de pozos profundos y luego repartida en la población del Atlántico desde la gigantesca estructura.
Como si fuera poco, el líquido que reciben los habitantes de Caracolí no es apto para el consumo humano; de hecho, sus habitantes solo la utilizan para los quehaceres del hogar.
“Esta agua llega toda sucia, con mugre, y mata los pescaditos que uno tiene en las albercas”, señaló Ariel Angulo.
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La gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Malambo están a la espera del diagnóstico sobre el estado del tanque, para determinar su reparación o si es necesaria la construcción de uno nuevo.
“Ya hemos presentado un proyecto por el orden de 8.000 millones de pesos al Ministerio y al cual, en este momento, estamos haciéndole unos ajustes que nos permitan acceder a recursos del orden nacional”, afirmó el secretario de Planeación de Malambo, Tahilor Camargo.
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En Caracolí hay 7 mil habitantes que se abastecen de agua que compran en pimpinas, traída en carros de mula, desde otras poblaciones del Atlántico.