El delincuente opera en el centro de Bogotá e identifica a sus víctimas mientras estas hablan por celular. Al menor descuido pasa con su motocicleta y les roba sus teléfonos.
En esta oportunidad, cuando cometía un asalto, cayó de su vehículo, la víctima reaccionó y lo sometió por unos segundos.
Sin embargo, el ‘motoladrón’ sacó un arma blanca e intimidó al afectado para poder escapar.