La Policía Nacional reveló este jueves un informe definitivo de la compañía Sikorsky, fabricante del Black Hawk UH-60L que cayó en el Urabá, en donde se afirma que su caída se debió a un accidente y no a un ataque armado desde tierra.
El accidente ocurrió el pasado 4 de agosto y en el murieron 16 policías.
Según la compañía estadounidense, que envió expertos a la zona del siniestro, “no se observó evidencia de daño por combate durante la investigación de los restos recuperados”.
En otro punto del informe se lee:
"Múltiples fracturas de las palas del rotor principal y rotor de cola, concuerdan con el impacto con los arboles mientras giraba. El daño a las palas del rotor principal indica que una potencia sustancial estaba siendo transmitida en el momento del impacto".
Y añade: “El daño causado al tren de transmisión es consistente con una potencia sustancial transmitida en el momento del impacto”.
La aeronave había acumulado un total de 858,6 horas antes del evento del accidente. La revisión de los archivos históricos de la aeronave, el libro de anotaciones de la aeronave (libro verde) y los registros de motores suministrados, indican que el mantenimiento de la aeronave se llevaba a cabo de manera correcta.
Así fue registrada la noticia del siniestro en Noticias Caracol:
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