Gran indignación causó en Palmira, Valle del Cauca, el engaño a un adulto mayor que fue contratado para un mandado y a quien supuestamente le habían pagado en dólares, que, al final, resultaron ser bolívares.
A sus 82 años, don Humberto Ospinal trabaja en la galería de Palmira, hace mandados y todavía se carga uno que otro bulto. Cuenta que en la plaza de mercado un hombre le pidió traer una encomienda.
“Un mandado que me mandó un señor en la galería y cuando volví me dijo, tenga para usted y va y me trae tal cosa de la galería y el hombre se fue”, dijo.
Don Humberto dijo que esta persona le pagó el mandado en dólares, pero resulta que lo habían engañado. El sujeto le entregó fue bolívares, la devaluada moneda de Venezuela que, en Colombia, tiene un valor insignificante y la cantidad que le dio no sumaba ni siquiera 100 pesos.
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“Este verraco no me dio nada, me engañó”, aseguró el adulto mayor, quien se enteró de la que le habían hecho cuando ilusionado fue a una casa de divisas para que le cambiaran el dinero.
Y fue precisamente el cajero del establecimiento el encargado no solo de informarle a don Humberto de la lamentable situación, sino darla a conocer públicamente a través de su cuenta en Twitter, donde miles expresaron su indignación y solidaridad.
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“Me pregunta que cómo se está pagando el dólar, le informo el valor, él me pasa el dinero, me percato que son bolívares, le informo que es un papel que no tiene valor alguno y él me dice que si lo estoy tomando en chanza, le digo que no”, afirmó Camilo Guzmán, cajero de la casa cambio.
Luego de que el caso de don Humberto se volvió viral, las autoridades en Palmira emprendieron acciones para mejorar las condiciones de vida este adulto mayor oriundo del vecino municipio de Pradera.
“Desde anoche llegamos a la casa de don Humberto con ayudas alimentarias, también hizo presencia la Policía y hoy la misma Policía le trajo también unas ayudas”, dijo
Stephany Escobar, secretaria de Integración Social de Palmira, desde la vivienda del afectado.
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Optimista, alegre y colaborador, don Humberto asegura que no guarda rencor contra la persona que lo engañó.
“Que se porte bien la vida y que no haga esas travesuras con la gente”, concluyó don Humberto Ospinal.