Los habitantes del corregimiento La Playa, en Barranquilla, fueron testigos de cómo los jóvenes que se tranzan en riñas en las vías públicas ya no solo usan palos y piedras, sino que también se arrojan bombas incendiarias.
En medio de gritos, los residentes pedían detener la pelea y se refugiaban en locales y sus casas, que resultaron afectadas por los enfrentamientos.
En una de las imágenes se vio cómo un comerciante sacó su arma de fuego y golpeó en la cabeza a uno de los jóvenes involucrados en la pelea.
Los amigos del agredido empezaron a lanzar objetos al hombre y su local y tuvo que encerrarse con los clientes para resguardarse.
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Algunos techos de las viviendas aledañas quedaron semidestruidos por la riña de los jóvenes en Barranquilla.