En esta zona de 13.000 hectáreas de mangle, se ubica el Bosque del mar, el pulmón del ambiente donde coexisten distintas especies y nace la vida.
Se encuentra en la costa norte de Colombia entre los municipios de San Antero, Santa Cruz de Lorica y San Bernardo del Viento, en Córdoba. Lo que implica un recorrido de casi 50 km.
Ángela López, coordinadora de Invemar, el Instituto de Investigaciones Marinas, resalta que la importancia de estos ambientes es esencial para la comunidad, pues hacen parte de su sustento.
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En esta zona residen los mangleros como Ignacia de la Rosa, quien ha dedicado gran parte de sus 68 años de vida al cuidado de este ecosistema, ya que ven en él una solución a las necesidades. “El manglar nos da combustible para cocinar, si no tenemos gas, tenemos leña del mangle; si tenemos que remendar la casa, tenemos una madera que no la vamos a comprar. Entonces el manglar nos da mucho”, indicó.
Para su preservación fue creado el proyecto MAPCO (Manglares, Pastos Marinos y Comunidades Locales) liderado por Invemar en conjunto con la Fundación Natura y cofinanciado por la Unión Europea.
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Con este proyecto, el instituto trabaja para que se reestablezcan los flujos de agua ya que se necesita de un flujo continuo de agua dulce y salada.
Dentro de las acciones, también se trabaja la pesca artesanal y el ecoturismo para el sustento alimenticio y la mejora económica de la comunidad; además, se han diseñado iniciativas como la del carbono azul, mediante la cual se le explica a la población la importancia de este ecosistema en la mitigación del cambio climático.
Los mangleros también invierten esfuerzos en cuidar esta zona debido a que hace parte del manejo integrado de la bahía.