A través de una llamada amenazante le pidieron irse del claustro, porque supuestamente la iban a matar, pero dos hombres la estaban esperando para raptarla.
La víctima, de 22 años, estaba en la universidad de Guanajuato cuando recibió el mensaje. Salió afanada, sin contar con que los delincuentes la subirían a un carro y se la llevarían.
Los sujetos la condujeron a un hotel, donde la dejaron encerrada bajo amenazas. De inmediato, se comunicaron con la familia de la joven en Colombia y la obligaron a hablar con su padre:
Víctima: “papi, tengo miedo. No sé qué me van a hacer”
Secuestrador: “Habla con tu papá porque, si no pagan, te voy a matar”.
A medida que pasaban las horas, las amenazas eran peores. Incluso le advirtieron que podrían abusar de ella si no les giraban inmediatamente 5.000 dólares.
Como no se cumplieron las exigencias en el tiempo que ellos ordenaban, volvieron a llamar al papá de la estudiante para presionar el pago inmediato.
Lo que no sabían los captores era que las llamadas eran rastreadas por la Procuraduría General de México y el Gaula de la Policía colombiana.
Gracias al trabajo conjunto, se logró identificar el hotel donde estaba la joven. Después de 10 horas, las autoridades liberaron a la joven. Sin embargo, no hubo capturas.
Colombia envió agentes hasta México para identificar a los delincuentes, quienes presuntamente actúan desde cárceles.
Updated: febrero 26, 2018 05:38 p. m.