Como una crisis sin precedentes, así ha sido catalogada la situación que se vive en el Tapón del Darién por la gran afluencia migratoria , en la que miles de personas intentan cruzar la peligrosa selva para encontrar nuevas y mejores oportunidades de vida.
En el municipio de Necoclí se habla en dólares, por eso hay 320 familias en condición de playa rebuscando dinero para pagar a los llamados coyotes el cruce por el Tapón del Darién.
A pesar de las incómodas condiciones de la zona para descansar o cocinar, muchos están de acuerdo con que “nadie quiere regresar. Todos queremos avanzar”.
A una hora está Turbo, de allí salen lanchas hacia Capurganá, donde llegan quienes tienen más recursos económicos. El paso por el Darién es más corto.
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También salen para Acandí, lugar popular para los migrantes con menos dinero. Allí comenzó la travesía de un grupo de amigos que asegura estar listo para hacer el viaje más importante de su vida.
El migrante venezolano Freddy Figueroa contó que entre las advertencias que le han dado a él y a sus amigos al momento de cruzar el Tapón del Darién es que “hay personas fallecidas, hay que tener cuidado con la lluvia, cuidado con el barro y cuidado donde pisas”. Pero se mantiene optimista afirmando que está “con la mejor actitud”.
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Y es que lo que les espera no solo implica estado físico, paciencia y resistencia, también su bienestar mental.
Pese a que están cerca de cumplir el sueño de buscar una mejor vida, se vienen a ellos sensaciones de miedo “porque es algo que no has experimentado, no has planificado. Por lo tanto hay que pensar en la familia”.
Debido a las imágenes que han rondado en las redes sociales, cuenta Junior Castillo, “hay muchas cosas que se ven por la selva que le quiebran la moral a mucha gente. He visto vídeos donde hay personas con discapacidades, hay personas que no tienen un brazo, no tienen una pierna y lo están haciendo y lo están logrando”.
Para unos será un paso exitoso, mientras que otros se quedarán en el camino. Sin embargo, en este equipo de humanos nómadas la premisa es “entran 7 y salen 7 ”.
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Según la Organización de las Naciones Unidas, por esta región ya han cruzado 330.000 personas con niños en brazos y en condiciones difíciles.
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