Ruby Angélica Merchán desde el municipio de Tutazá en Boyacá, cuenta sobre las peripecias que deben hacer estudiantes como ella.
“Nuestra conectividad a internet es realmente mala, podríamos decir que no existe”, relata la joven.
Junto con su hermana deben emprender una larga caminata hasta una loma, donde consiguen conexión para tener su educación virtual
“Venimos cada semana a enviar trabajos y a las videollamadas de algunas clases. Sabemos que muchos estamos teniendo esta situación y que para otros la situación es peor que la de nosotros. Queremos hacer un llamado de atención a todas nuestras autoridades de que nos está haciendo mucha falta la conectividad a internet en el campo”, señala.
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De otro lado, en Polonuevo, Atlántico, lidian con el virus del olvido. Sus habitantes se ven perjudicados en cada temporada invernal por un arroyo que no ha sido posible que canalicen.
Mientras que en Medellín, pobladores del barrio Santa Rita aseguran que llevan 5 años sin contar con el servicio de energía. Dicen que en medio de la pandemia la falta de luz les ha complicado mucho sus vidas y pese a que han pedido la instalación del servicio, aún no se ha llevado a cabo.