La mujer creía que él había muerto cuando tenía 3 años. Policía de Villavicencio logró reunir a esta familia. Así fue el emocionante momento.
En medio de abrazos y lágrimas, María del Carmen Chivatá se aferró a su hijo Julián Sierra. La abuela, que lo tenía bajo su cuidado, le dijo que una fiebre lo había matado.
Ahora la felicidad desbordada solo permitía abrazos, besos y llanto. Madre e hijo, con la voz quebrantada, juraron que solo la muerte los volvería a separar.
Julián espera conocer al resto de su familia y recuperar el tiempo perdido, al lado de su madre.
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