Un consejo de seguridad que se adelantaba la mañana de este jueves en la Alcaldía de Tarazá fue interrumpido por la noticia de una nueva masacre que cayó como un baldado de agua fría entre las autoridades locales.
Una mujer llegó hasta el lugar, interrumpió la reunión para pedir ayuda en la inspección del cadáver de su esposo, quien era el administrador de una finca del corregimiento El Guáimaro, y de dos trabajadores más que acababan de ser asesinados.
“Llegó la esposa de una de las víctimas pidiendo apoyo para verificar esta información porque ya la habían llamado a decirle que su esposo había sido asesinado”, dijo el alcalde encargado de Tarazá Deivinson Montero.
Además del administrador de la finca, que era muy reconocido en la zona, fueron masacrados un motosierrista y su hijo.
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Los cadáveres de los tres fueron inspeccionados por la Policía en la finca, ubicada en la vereda Abejales, a unos 30 minutos del casco urbano.
En El Guáimarofueron masacradas cinco personas en enero . El municipio de Tarazá y otros del Bajo Cauca han estado en medio del fuego cruzado de grupos armados que tratan de controlar las rutas del narcotráfico y los narcóticos que se mueven en la zona.
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Esto se ha traducido en desplazamiento forzado de miles de personas, asesinatos y extorsiones.