El animal fue colgado de un árbol y tenía las alas rotas. Autoridades ambientales en El Banco, Magdalena, no pudieron salvar al ave.
Las supersticiones, que mantienen su arraigo en estas poblaciones, están mermando la población de búhos y lechuzas, denunció la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag).
El ente hizo un llamado para que habitantes del Caribe colombiano dejen de creer que este tipo de aves rapaces son “de mal agüero y entes sobrenaturales” que presagian muertes y desastres.
“Han sido víctimas de ataques por leyendas sin fundamento”, agregó Corpamag.
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La autoridad ambiental de Magdalena, les recordó a los ciudadanos que las lechuzas y búhos actúan como controladores de plagas que podrían causar enfermedades en humanos.
“Por ejemplo, se ha estimado que solo una lechuza consume unos mil roedores por año”, precisó el ente.
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Estas aves también son conocidas como “barómetros ecológicos”, es decir, que ayudan a conocer lo saludable de un hábitat y son extremadamente sensibles a cambios ambientales.