Antes de la pandemia, los colegios privados atendían a más de 1.950.000 estudiantes en todo el país.
El Gobierno nacional autorizó el regreso gradual a las clases presenciales bajo medidas estrictas, estipuladas en 60 páginas de un documento oficial, pero ¿realmente son aplicables esas letras a la realidad?
El Colegio Nueva Inglaterra, ubicado en el norte de Bogotá, tiene una extensión de 40.000 metros cuadrados y tiene 1.200 estudiantes.
Alfredo Barbosa, presidente de esta institución, dice que “en solo protocolos hemos invertido unos 200 millones de pesos y nos esperan por lo menos otro tanto porque nuestra idea es, si vienen los estudiantes, entregarle a cada uno un kit de tapabocas”.
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Máquinas nebulizadoras que rondan los 3 millones de pesos, termómetros infrarrojos, máscaras y prendas antifluidos, así como adaptaciones para las rutas escolares, hacen parte de las medidas para retornar.
El Gimnasio José Joaquín Casas es una institución más pequeña, con 17.000 metros cuadrados y unos 180 estudiantes. Sus directivas le apuntan al modelo de alternancia educativa.
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"En este momento en los colegios tienen que adoptar dos posibilidades: o prestarles el servicio a los papás que no quieren mandar sus niños, virtualmente, y los papás que quieran que sus hijos vengan al colegio con alternancia, con todo lo que están hoy en día haciendo, pues lo puedan hacer con toda tranquilidad", dijo Jaime Enrique Leal Melo, rector del colegio.
Protocolos de aseo al ingreso y salida del plantel y alistamiento de las aulas hacen parte de sus medidas.
Sin embargo, el Kindergarden Thumbs Up, un jardín que atiende a 40 niños entre los 2 y los 5 años, asegura que no puede volver a la presencialidad.
"Somos una casa que se adaptó para cumplir con la función de jardín infantil. Es muy difícil hacer que los chicos mantengan un área de 2 metros por 2 metros solo para ellos. Nosotros podremos conseguir todos los elementos de bioseguridad, etc., marcarles a ellos sus espacios, pero estamos hablando de primera infancia", afirma Nathalia Sánchez, su directora.
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Aunque el jardín cumple con todas sus normas sanitarias, los dueños aseguran que las medidas anunciadas por el gobierno para el retorno son impensables para este tipo de instituciones.
"Lavado de manos se debe hacer cada tres horas y las filas de los niños y las niñas técnicamente daría hasta la escalera, entonces a nivel de infraestructura no podríamos cumplir con lo que se estipula del distanciamiento físico", recalca la rectora.
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Esa es la realidad de al menos el 80% de los 9.100 colegios privados que hay en el país y que funcionan en espacios reducidos.
Y hay niños que, pese a su corta edad, tampoco están de acuerdo con volver a los colegios, como Matías Rosito, que ve con preocupación cómo “cada día aumentan las muertes y los infectados en Colombia”.