De las costas de La Boquilla fueron sacados jureles de hasta 7 kilogramos, cuyo valor alcanzaba hasta los 50 mil pesos.
La gran pesca paralizó el tráfico de la ciudad. Cientos de cartageneros en moto, carros particulares y transporte público se abalanzaron hacia las playas para comprar los pescados.
Los pecadores revestidos en júbilo agradecieron lo que consideran una ‘pesca milagrosa’.
“Gracias a Dios, a veces los muchachos se van en blanco, pero hoy Dios metió su mano”, dijo Gerlein Cabeza, uno de los compradores.
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Según los pescadores, el fenómeno no se presentaba hace dos años.
“Un milagro de Dios, esta es una pesca milagrosa otra vez, se volvió a repetir”, comentó Manuel Alcázar, pescador.
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