Dicho acuerdo recibió en su momento duras críticas de otros países latinoamericanos, como Venezuela, Nicaragua y Bolivia, cuyos gobiernos interpretaron este "acercamiento" de Colombia a la OTAN como un primer paso para convertirse en miembro de ese organismo y como una amenaza para la estabilidad regional.
"Cabe señalar que esta relación en ningún caso implica o puede implicar la presencia de tropas extranjeras en territorio colombiano, y tampoco la membresía de Colombia a esta Organización", señala el proyecto presentado al Congreso.
Según el Ministerio de Defensa, el acuerdo se firmó porque Colombia ha puesto en marcha "una estrategia de cooperación internacional que se despliega en los ámbitos bilateral y multilateral".
Esta iniciativa "se fundamenta en una aproximación del sector a diferentes regiones del mundo con criterios estratégicos de prevención, cooperación y modernización para el fortalecimiento de la seguridad y la defensa nacional", agrega el texto.
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Según el proyecto de ley, esta política de cooperación no solo busca "mayor efectividad en la lucha contra la delincuencia transnacional y otras amenazas, sino también orientar la visión de futuro de las Fuerzas Armadas de Colombia".
Dicho acuerdo establece medidas para el intercambio y protección de la información que sea compartida entre las partes, lo que implica asegurar el cumplimiento de procedimientos de seguridad comunes, así como el compromiso de no divulgar a terceros datos sin el aval del otro firmante del convenio.
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Adicionalmente, el acuerdo con la OTAN le permitirá al país tener acceso a buenas prácticas y a los estándares profesionales de esa organización en áreas como integridad y transparencia, operaciones humanitarias y de paz y fortalecimiento de las capacidades de las Fuerzas Militares, entre otras, según el ministro.
Por su parte, Colombia ofrecerá a la OTAN los conocimientos y capacidades adquiridas en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y otras formas de crimen organizado.
Bogotá
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