Mientras el hombre libraba la batalla más difícil, le notificaron que el mismo virus había cobrado la vida de su mamá.
Esta es la historia de Raúl Rivera, un hombre de 44 años nacido en Palmira, Valle del Cauca, que tuvo que combatir en territorio español al COVID-19, virus que ha matado a 6.500 personas en ese país.
El hombre se contagió en España, territorio al que viajó hace un año buscando un mejor futuro para él y su familia, a la cual dejó atrás en Palmira.
Rivera afirmó que él pudo haber contraído el virus cuando viajaba hacia Cádiz, ciudad ubicada al sudeste del país ibérico.
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“Recogimos a dos personas que venían para Cádiz. El viaje duró casi seis horas. Cuando llegué a mi destino tenía síntomas de cansancio y fiebre”, afirmó.
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Posterior a presentar los síntomas, el hombre acudió ante las autoridades sanitarias, las cuales, después de realizarle las pruebas pertinentes, le informaron que estaba enfermo con coronavirus.
“Llegue con 0 % de probabilidad de respiración, que mis pulmones no aceptaban el aire. Me pusieron oxígeno de inmediato y antibióticos, pues mis pulmones estaban inflamados”, relató.
Mientras luchaba por volver a respirar sin asistencia de aparatos, le informaron que su madre, quien vivía en España y también tenía COVID-19, había perdido la batalla, falleció: “Estaba bien en recuperación y ese mismo día falleció”.
Este fue un golpe moral, que le hizo perder una batalla pero no la guerra. Actualmente Raúl se encuentra en un 70 % de su proceso de recuperación tras salir del centro asistencial. Él luchó 3 semanas contra el virus y lo venció.
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Desde su lugar de recuperación, él le envió un mensaje a sus connacionales, para que tomen conciencia: “El virus realmente mata, esto no es un juego. Cuando lo tengan entre su familia se darán cuenta que es peligroso”.
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