Aunque Gobierno pide paciencia, habitantes advierten que escasean alimentos y se terminaron los subsidios.
Grandes rocas, casas en ruinas y lodo, ese es el panorama en algunos sectores pese a que han pasado 100 días desde la avalancha que dejó 328 muertos y un número indeterminado de damnificados.
“No estamos censados, no hemos recibido absolutamente nada”, afirma Leira Cerón, una de las afectadas.
Autoridades señalan que continúan las tareas para reconstruir el municipio y piden paciencia porque estas podrían durar por lo menos tres años.
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