Crecientes de ríos y quebradas hicieron recordar la tragedia vivida en marzo de 2017. Damnificados denuncian que faltaron obras de contención. Este es el panorama.
Un aguacero de siete horas provocó la emergencia, que tiene a 600 personas afectadas. Sin embargo, de no ser por las alarmas, habría sido una catástrofe.
"Afortunadamente la gente acudió al llamado que se hiciera a través del sistema de alertas y se dirigió a los puntos de encuentro de manera ordenada", aseguró Jorge Cuevas, coordinador del sistema de alertas tempranas.
Y es que la noche del pasado sábado 11 de agosto hizo que muchos revivieran la avalancha de 2017.
“En un momentico se fue la luz y ahí más me dio nervios porque así fue la otra tragedia”, contó Emiro Piamba, habitante del barrio La Esmeralda, en Mocoa.
En un recorrido desde el aire, que puede ver en el video, se observa el impacto que tuvo el desbordamiento de los ríos Sangoyo, Mulato y varios caños.
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“No fue tanto como lo de la avalancha, pero ahora fue más presión y se tiró para el lado de acá, se desbordo para este lado y empezó a carcomer todas las casas”, afirmó Róbinson Álvarez, mocoano.
Mientras las soluciones aparecen, habitantes de Mocoa aseguran que, pese al riesgo, faltaron obras de contención y los proyectos de recuperación que les prometieron avanzan a paso lento.
Miguel Ángel Cifuentes, líder social de la zona, afirma que pidió obras de mitigación y nadie quiso escucharlo.
Algunos, que todavía no se habían recuperado de la trágica avalancha, volvieron a perderlo todo con los desbordamientos recientes.
Este lunes, una comisión de la que hacen parte los ministros de Vivienda y Ambiente estuvo en la zona. Reconectar el servicio portable es la prioridad. Más de 42.000 habitantes se encuentran sin el líquido vital.
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Updated: agosto 13, 2018 02:47 p. m.