Tulio Noriega, el paciente de 78 años al que el vigilante de una clínica en Barranquilla le negó la entrada, murió en las últimas horas.
Rony Noriega, hijo de la víctima, afirmó que su “papá murió esperando atención médica”.
Según él, el hombre salió negativo en la prueba de COVID-19, pero su nieta dijo que el hombre tenía dificultades para respirar.
"A mi abuelo me lo tuvieron toda la noche sin una bala de oxígeno, su saturación llegó a 55 y él solito luchó hasta que subió a 75. Después le pusieron oxígeno, pero lo tenían en una camilla esperando una cama, me decían que ya la orden de remisión estaba y nunca lo movieron", afirmó la joven a Blu Radio.
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Entretanto, en Barranquilla investigan por qué los pacientes afectados por el COVID-19 en el tercer pico tienen mayor carga viral, lo que explicaría las complicaciones de salud que presentan.
“Sobre todo a nivel pulmonar. Entonces esto hace que exista cierta correlación en los hallazgos del laboratorio de la Universidad del Atlántico y en lo que nosotros vemos en los hospitales y clínicas de la ciudad”, detalló el infectólogo Iván Zuluaga.
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En el laboratorio del Hospital Cari también analizan una posible variante, más contagiosa, que podría estar aumentando las consultas.
Los casos están causando “agotamiento del personal médico, de todo el elemento de salud. Obviamente son jornadas extensas con pacientes graves, con familiares estresados”, agregó el experto.
A través de comunicados, dos clínicas anunciaron que las urgencias respiratorias están al máximo nivel de ocupación y Humberto Mendoza, secretario de Salud de Barranquilla, informó que las UCI están en 87,6% de ocupación.
“A pesar de la rotación, a pesar de tener 852 camas de UCI, de haber duplicado la oferta de unidad de cuidados intensivos, sigue siendo preocupante el comportamiento de la enfermedad”, manifestó.
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Además, la demanda de ambulancias por COVID-19 en Barranquilla aumentó en un 100%.