Luego de la denuncia de que un médico falleció después de que Electricaribe le quitara el servicio de energía en Santa Marta, se conoció la historia de un adulto mayor a quien le sucedió algo similar: no puede poner a funcionar su respirador electrónico.
La vida de Carlos Infante depende de una bala de oxígeno que funciona con electricidad, por lo que el corte de este servicio en su vivienda lo dejó sin la máquina vital.
“Estos son mis pulmones y, sin embargo, no tuvieron consideración y me la suspendieron. Gracias a Dios conté con la ayuda de un vecino que me permitió reconectarme de su local para poder seguir respirando porque no tenía otra posibilidad”, contó Infante.
Quienes conocen a don Carlos saben de las necesidades que pasa. Es por eso que uno de sus vecinos no dudó en ayudarle a reconectar el respirador.
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Alfredo Elías, otro habitante del sector, aseguró que el vecino lo hizo “de buen corazón” y que “lo seguirá haciendo las veces que él lo necesite”.
Carlos Infante asegura que, pese a la ayuda, “tengo bastante temor a morir, quiero mucho a la vida y quiero vivir. Quiero disfrutar un poco más de la vida que me queda, ver a mi hija y tener de nuevo a una familia”.
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El valor de la última factura de corte en el servicio de energía en la casa de Carlos José es de 237 mil pesos y eso que sólo utiliza un respirador artificial, un ventilador y un televisor. La deuda asciende a los 5 millones de pesos.
Por su parte, la empresa Electricaribe informó que revisará el caso de don Carlos y que resolverá su situación.
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