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“Nosotros no somos el partido de las FARC, no pensamos como ellos”: Sergio Fajardo

“Nosotros no somos el partido de las FARC, no pensamos como ellos”: Sergio Fajardo

Aseguró estar a favor del acuerdo de paz, pero hizo reparos. Además, habló sobre corrupción y respondió a quienes lo llaman débil.
¿Cómo va la campaña?
Sergio Fajardo: Bien, vamos muy bien. En este momento estamos recogiendo firmas por toda Colombia. Yo he venido recorriendo el país físicamente. Una buena porción de la actividad política mía con nuestros equipos es en la calle, conversar, escuchar, atender. Así hace 18 años. Desde que empezamos, la calle ha sido el escenario natural, conectando con la gente, escuchando mucho.
Esta es una época de escuchar con mucha atención. Escuchar con mucha atención dentro de la diversidad de Colombia. Recoger la experiencia de haber gobernado, pero complementarla con otras experiencias y ponerle toda la atención a Colombia.
Se oyen muchas cosas en nuestro país y no muy agradables muchas de ellas.
Cuando usted escucha a la gente, ¿qué le dicen?
SF: Primero, una indignación muy grande en Colombia alrededor del tema de la corrupción. Que ya es un lenguaje común en toda Colombia y es un malestar profundo en nuestro país.
Dos, la polarización: Santos, Uribe, no, sí, derecha, izquierda... va aumentando el nivel de agresividad.
Tres, hay un malestar grande desde las regiones. Las regiones no se sienten convocadas por el poder central, por el Gobierno Nacional. Hay un malestar asociado con el centralismo.      
Cuarto, una política que ha agotado a las personas que se expresan con una frase recurrente, pero que tiene todo el sentido: ‘los mismos con las mismas’.    
A propósito de Claudia López y Jorge Enrique Robledo, ¿cómo va esa definición de la coalición?
SF: Tenemos un punto en común para empezar: la lucha contra la corrupción y el clientelismo. Clientelismo es una palabra muy elegante para decir mermelada en términos más modernos o la forma en que se hace la política. Puestos y contratos para decirlo de otra manera. Luchar con la corrupción es un punto en común, fundamental para transformar a Colombia.
Ahora, nosotros tenemos un grupo de personas que estamos discutiendo acerca de la mirada que tenemos, que discrepamos en unos puntos, y tenemos que llegar eventualmente a presentarle al país una lista, esta es nuestra propuesta conjunta. Si no hay esa propuesta, no hay alianza.
Y tenemos que pasar, discutir, confrontar, somos diferentes, dentro de la diferencia ver si somos capaces de encontrar puntos de acuerdo para proponerle al país y avanzar.         
Si la reforma política no pasa, ¿qué viene para usted y esa coalición?
SF: Trabajar más, más duro, siempre conectar con la gente.
Acá hay un malestar monumental con esa estructura política, con esos partidos políticos que no han dado respuestas. Expresiones independientes, alternativas como la que yo lidero desde hace 18 años, tienen una gran posibilidad de pasar una página de la política en Colombia y ser la primera ocasión en que una expresión política diferente gobierne con seriedad.
¿Cabe alguien más en esa coalición?
SF: Siempre me preguntan y la respuesta siempre es la misma: primero, organicémonos nosotros; si no tenemos esta, no nos podemos desconcentrar pensando si esta u otra persona.
En ese sentido soy riguroso matemático. Cuando hablo con mis estudiantes siempre les estoy diciendo: primero entienda el problema, antes de empezar a resolver, entiéndalo. Una vez que lo entiende, aísle los componentes principales. Mire qué conexiones hay, empiece a trazar un camino para recorrerlo, para resolverlo y vaya en orden. El primer paso es que entre nosotros seamos capaces de hacerlo.
Yo siento que hay muchas personas que se quieren acercar y lo veo en muchos espacios.
¿Cabe FARC en su coalición?
SF: No, porque nosotros no pensamos como las FARC, nosotros no somos el partido de las FARC. Ese es el cuento que quieren montar. A mí me han dicho guerrillero, socialista, que pretendo tomar el poder. Eso es un chiste. Eso es falta de seriedad. ¿Qué he dicho yo que puedan decir: ‘este señor es de las FARC’?
Va a ser una campaña terriblemente sucia y va a ser una campaña en la que no solo habrá insultos, sino también denuncias...
SF: Sucia. Eso tiene que ver con lo que percibe la ciudadanía de la política, mundo de la trampa, del engaño, de la agresión, de la mentira, pero usted se imagina que estas personas que aspiran a llegar a la Presidencia se comportan de esa manera, qué puede entender la ciudadanía.
Qué cultura ciudadana estamos construyendo cuando hay la mentira, la agresión, la trampa, el insulto como forma de la política. No estamos construyendo una sociedad.
A usted lo embargaron, lo denuncian de temas de platas, el supuesto acuerdo con ‘Don Berna’. A usted le tratan de sacar cosas y vienen cosas peores, ¿es consciente de ello?
SF: Totalmente. Yo soy consciente de todas y cada una de mis acciones y respondo por cada una de ellas.
Por supuesto que yo sé que vienen todo ese tipo de cosas y dirán peores, pero con la tranquilidad de siempre, respondiendo siempre en el lugar que corresponde.
Ahora, yo no me engancho con personas que salen a insultar, no le doy valor a ese tipo de expresiones. Siempre me hago el propósito personal de no dejarme perturbar, de ser decente en todas mis actividades pase lo que pase en nuestra sociedad y siempre cuidar y respetar a las personas.
Como la frase de Churchill: ‘si usted se queda tirándole piedra a todo perro que le ladra pues no llega a su camino’. Este es el sentido, mantenerse respetuoso, la manera como yo he honrado la política, lo público, a todo este grupo de personas que vamos creciendo. Esta Colombia no necesita más valentía del insulto, la agresión. Ya hemos visto suficiente de cuanto han destruido.
Protagonistas de la vida en Colombia han sido guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes, ilegales y corruptos. Vamos a pasar esa página y vamos a avanzar para darle la oportunidad en Colombia a la inteligencia, a las capacidades, que es lo que tiene nuestra gente.      
Claudia López es una persona que muchos respetan por sus argumentos, por sus denuncias, pero a ella misma, no sé si por su vehemencia, le dicen ‘usted también está recurriendo al insulto’. ¿Eso no contrasta con su discurso?
SF: Claudia López es una mujer inteligente, íntegra, valiente en muchos sentidos. Tiene su personalidad, que sin duda es muy diferente a la mía.  Yo creo que entre esa diferencia podemos construir una política seria para Colombia. Ahí vamos y yo respondo por mi condición. Espero ser el líder de esta coalición y que la reconciliación sea punto fundamental.
Vamos a hablar de temas que a la gente le preocupa, ¿cómo se combate la corrupción en Colombia?
SF: Lo primero que quiero señalar es la forma como no es. En Colombia estamos habituados a que cada problema que tenemos, inmediatamente una ley. Creemos que las leyes resuelven los problemas y no miramos la esencia del problema. El problema de la corrupción en Colombia es ético.
La corrupción entra al poder en las campañas. De la forma como se llega al poder, así gobiernan. Pagan para llegar y después llegan para robar. Un voto comprado es un robo asegurado.   
Voy a hablar de un par de nombres que están en la mente de toda Colombia, lo siento por ellos: ‘Ñoño’ y Musa; cada uno puso 150 mil votos, por ejemplo, en las elecciones; son 300 mil votos entre dos personas, son muchos votos. Y después cuando ganan hay que pagarles. En Colombia, no nos digamos más mentiras, es la forma como se llega al poder lo que determina cómo va a ser la corrupción.
¿Cómo se gobierna?
SF: Nos vamos a sentar con los congresistas para discutir usted qué representa, usted de dónde viene, dónde está su región.
Vamos a presentar un esquema de asignación de recursos que no pasa por darles a cada uno su pedazo para que después vea qué va a hacer con su plata, sino una forma pública de asignar recursos a los diferentes municipios, gobiernos departamentales, transparente, y que los congresistas puedan participar y aportar.
Las reglas son: no negocios, es principios y ahí nos encontramos.
Por qué personas como usted o Mockus, que hablan de política limpia, los califican de débiles
SF: Si yo fuera débil, ¿usted cree que yo estaba aquí? Un profesor de matemáticas que sale a caminar en Medellín con un grupo de personas y se enfrenta a los poderes, gobierna, pasa por todo lo que hemos gobernado y vamos a dirigir a Colombia. ¿Esa es debilidad? No, lo que pasa es que para nosotros la fortaleza es distinta, la fortaleza de los argumentos, la transparencia en el comportamiento, una manera de relacionarse diferente con la sociedad.
Entonces la valentía mía no es que van a tener a Fajardo insultando al uno o al otro y le va a decir hijue… nunca me van a oír en eso. Si esa es la valentía que están buscando, no soy yo, porque esa es la valentía que no necesita Colombia. 
¿Le cambiaría algo al acuerdo de paz con las FARC?
SF: Estoy a favor de los acuerdos de paz y voté por el sí. Creo que han tenido una cantidad de inconvenientes y errores muy serios que habitualmente no se mencionan.
El primero, lo tuvo y lo tiene, aquí no se hizo la pedagogía para la paz. A nosotros no se nos explicó durante cuatro años y todavía no se está explicando. Nadie entiende las discusiones que se están teniendo en el Congreso.
Digo por ejemplo el tema de Tumaco, es una fatalidad porque se sabía cuáles eran las condiciones que había. Se sabía de los cultivos y quiénes estaban en contradicción. Cuáles eran los conflictos.
Se desmovilizan las FARC y el Estado tendría que haber llegado a ese lugar en primera instancia a ordenar, a coordinar, sabiendo la dimensión del problema. Escucho al presidente Santos que ordena una intervención integral en Tumaco. Perdón, pero eso se tendría que haber hecho desde noviembre del año pasado.
Cuando yo sea el presidente, el 7 de agosto, faltan 10 meses, todo esto que está pasando me lo van a entregar a mí.
Creo que fue que sano que la Corte Constitucional haya dicho ‘se puede discutir el acuerdo’.
¿Qué opina de esa polémica en torno a que miembros de FARC primero vayan a la justicia y luego a la política?
SF: Esa es una discusión bien grande, pienso que es razonable que empiecen a tramitar su caso ante la Justicia Especial para la Paz.
Ahora la obligación es que la JEP empiece a funcionar. Que la reglamenten para que empiece porque si se demora 3 años para empezar, entonces a dónde van a ir, a qué justicia, qué hacen en 3 años las personas.
Que la tramiten bien, que hagan la reglamentación, que se escuchen las observaciones. Yo creo que las personas que están allá tienen unas obligaciones. Que se describa de qué manera se tienen que comportar los magistrados de esa justicia. Háganlo rápido, serio y bien hecho.
¿Qué piensa de los militares y terceros que se supone deben ir a la JEP?
SF: Creo que los militares tienen el espacio y esperemos que se haga bien. Que sea una justicia seria, que cada uno tenga sus derechos y que se cumpla con el espíritu de esa justicia que es la verdad, la reparación, la justicia y la no repetición
Esto no debe ser una justicia para la venganza.  Esta es una justicia transicional para construir la paz, no para vengarnos y destruir la fragilidad que tiene una sociedad como la colombiana.
Tranquilidad que vamos bien y vamos a demostrar que se puede.  

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