Esta mujer de 60 años sufrió las consecuencias de la violencia y ahora busca la manera de ayudar a cientos de niños a tener su alimento básico.
Desde Ortega, Tolima, llegó solo con una cobija en la mano, pero las difíciles situaciones que soportó no le impidieron colaborarle a personas que sufrieron también el desplazamiento forzado.
Para reunir el dinero con el que prepara los alimentos, Islena vende helados a 100 pesos y empanadas a 200. Las ganancias las invierte en almuerzos que vende a 600 pesos, pero más allá de los costos, lo que le interesa es ayudar a los pequeños que la llamaban abuelita.
islena seguirá luchando por los que podrían llamarse sus nietos adoptivos, que aunque prestados, se han convertido en el motor de su vida.
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