En una móvil, la IPS llega a estos apartados lugares con el fin de que los integrantes de las comunidades indígenas no deban dirigirse a los cascos urbanos para recibir atención médica en medio de la crisis por el coronavirus.
A pesar del esfuerzo de los médicos y enfermeras siempre hay algo que falta. “Solicitamos un mayor apoyo de los entes competentes, puesto que la IPS ha ido entregando ciertas ayudas, pero como la demanda es tan amplia no da abasto”, dice Anhery Montiel, profesional en nutrición.
La IPS señala que seguirá recorriendo esos caminos para llevar ayuda a los wayú, que tanto lo necesitan en este momento.
Y es que a estas familias en las rancherías de La Guajira, la vida les cambió. Sus artesanías admiradas en el mundo entero ya no se comercializan como antes, así como todos los demás negocios propios de sus comunidades.
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Sin embargo, ellos dicen que prefieren quedarse en casa antes que exponerse al peligroso enemigo, el COVID-19.
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