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Por las nubes: investigan multimillonarios sobrecostos en contratos de aviación del Ejército

Adiestramientos en simuladores de vuelo se habría pagado al doble y se analiza idoneidad de ciertos entrenamientos. Detrás de todo está la firma Aserpa.
El entrenamiento para tripular aeronaves como este helicóptero MI-17, famoso por su papel en la operación Jaque, está bajo la lupa de la Fiscalía. 
Los investigadores evalúan una millonaria e histórica contratación, aparentemente irregular, con Aserpa, representante de la empresa Avia-Baltika, con operación en Lituania.
Lo que inquieta es el valor del entrenamiento en este simulador de vuelo que reciben las tripulaciones: mientras en los mejores centros de entrenamientos del mundo cuesta entre 30 y 60 mil dólares por tripulación, la Aviación del Ejército contrató por encima de los 120 mil dólares.
Este servicio se ha manejado desde el 2009 con el mismo contratista, bajo la figura de carácter reservado y directo.
Llama la atención de los investigadores el hecho de que en el 2014 aparecieron once empresas más, ofreciendo mejores condiciones a menor valor.
PTC, con sede en Colombia, cobraba 45 mil dólares por 10 horas vuelo con el simulador 4D de última generación.
Y la empresa Concord XXI, que también tenía un simulador de última generación en Estados Unidos, por las mismas horas de vuelo cobraba a 65.080 dólares.
Pero aun así, a través de un proceso de selección abreviada, en el 2015 la licitación se declaró desierta y se convocaron seis empresas para una proceso, entre ellas a Aserpa, representante de  Avia-Baltika. 
Descalificadas cuatro de ellas, Aserpa de Avia-Baltika y Panamerican Training Center PTC se asociaron en una unión temporal y se quedaron con el negocio.
PTC había ofrecido 10 horas de entrenamiento por 45 mil dólares, pero ya asociado con Aserpa pasaron a cobrar 74.500 dólares. Es decir 29.500 dólares de más.
Un año después, la aviación vuelve a la contratación directa con esa unión temporal, pero el entrenamiento ya costaba 93.250 dólares por tripulación, es decir 18.750 dólares adicionales.
El sobrecosto puso en alerta a la Contraloría porque del 2014 al 2016 el costo del entrenamiento se duplicó.
En total siete contratos están bajo la lupa de la Contraloría que estima un detrimento patrimonial de veinticuatro millones de dólares, solo por simulación de vuelo.
Vuelos en cordillera
Otro de los contratos bajo análisis de los organismos de control es el del entrenamiento que reciben los pilotos para volar sobre las cordilleras colombianas, por encima de los 9 mil pies de altura. De nuevo Aserpa es el protagonista.
El contrato 161 del 2013 es, para los expertos, una muestra sospechosa del manejo de los dineros destinados a entrenamiento militar.
Los informes preliminares de la Procuraduría dan cuenta de un hecho muy llamativo. Aseguran que la aviación ignoró este estudio de mercado del 7 de octubre del 2016, de la empresa Ravco, que ofrecía 25 horas de vuelo por 64.500 dólares por piloto, y contrató nuevamente con Aserpa por 90.120 dólares por las mismas horas de vuelo. Es decir 25.620 dólares por encima del valor promedio en el mercado.
La diferencia entre las dos empresas no es solamente de valor en el servicio, sino de altura para los entrenamientos que requieren los aviadores del Ejército.
La investigación apunta a resolver dos interrogantes: ¿por qué contrataron por encima del valor real comercial? ¿El entrenamiento que se contrató sirve para las operaciones militares?
En Colombia las misiones de vuelo se realizan por encima de los 9.000 pies y, solo por citar un ejemplo, Bogotá tiene 8.000 pies.
En total son siete los contratos de entrenamiento en altura cuyos sobrecostos estarían por encima de los cinco millones de dólares.

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