El Día del Padre es una festividad que honra la paternidad y la influencia de los padres en la sociedad. Aunque la religión católica asocia esta celebración con el Día de San José, el 19 de marzo, en Colombia y otros países de Latinoamérica, así como en varias partes del mundo, se conmemora en una fecha diferente.
Esta variación en la fecha de celebración refleja la evolución de la festividad más allá de sus raíces religiosas, adaptándose a las costumbres y necesidades de cada sociedad.
¿Por qué el Día del Padre se celebra en junio?
La historia del Día del Padre moderno comienza en Estados Unidos a principios del siglo XX. Sonora Smart Dodd, una mujer de Spokane, Washington, propuso la idea en 1909 después de escuchar un sermón sobre el Día de la Madre.
Inspirada por la admiración hacia su propio padre, William Jackson Smart, un veterano de la Guerra Civil que crio a sus seis hijos solo tras la muerte de su esposa, Dodd sugirió que los padres también merecían un día de reconocimiento.
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Dodd inicialmente propuso que el Día del Padre se celebrara el 5 de junio, el cumpleaños de su padre, pero debido a problemas logísticos, la primera celebración no se llevó a cabo hasta el 19 de junio de 1910.
Con el tiempo, la fecha se estabilizó en el tercer domingo de junio, después de que el presidente Lyndon B. Johnson firmara una proclamación en 1966, y más tarde, en 1972, el presidente Richard Nixon estableció oficialmente la festividad en Estados Unidos.
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En Colombia, al igual que en otros países, el Día del Padre se celebra el tercer domingo de junio, lo que en 2024 corresponderá al 16 de junio. Esta fecha se ha convertido en una oportunidad para que las familias se reúnan y expresen su aprecio por la figura paterna, reconociendo su dedicación y sacrificio.
La elección de una fecha distinta a la establecida por la religión católica para el Día del Padre en muchos países puede atribuirse a varios factores. Uno de ellos es la influencia de la cultura estadounidense y la adopción de sus tradiciones. Además, la celebración en junio permite una distribución más equitativa de las festividades a lo largo del año, evitando la concentración de eventos significativos en ciertos meses.
El Día del Padre conmemorado en una fecha diferente también refleja un enfoque más inclusivo y secular de la festividad. Al no estar vinculada a una figura religiosa específica, la celebración puede ser más accesible para personas de diversas creencias y antecedentes culturales.
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