En algunos casos, familias se resignan a buscar los restos. Otras aún guardan la esperanza de reencontrar a sus allegados con vida.
A pesar del fin del conflicto con las FARC, que dejó más de 5.400 desaparecidos en los últimos 20 años, estas historias persisten en una zona que históricamente ha sido azotada por la violencia, como ocurre con William Gómez, secuestrado en 2004.
"Esperar que ojalá se den las cosas para que nos entreguen a nuestros seres queridos. A él lo tuvieron 10 meses y lo asesinaron en cautiverio y no ha sido posible el rescate de los restos de mi hijo", dice Flor Alba Carrera, madre de Gómez.
En otros casos, como en la desaparición de Nelson Herney Criollo, la esperanza de reencuentro persiste: “yo necesito que me venga a acompañar, ahí le tengo la ropita guardada", dice su mamá.
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Frente al histórico panorama en Nariño, las autoridades están en alerta por el incremento reciente de denuncias de personas desaparecidas en el departamento. Los últimos casos de desaparecidos en Nariño tienen que ver con ajuste de cuentas o situaciones emocionales.