Construido en 2015 por la empresa Rediba, en la vereda Patio Bonito, el lugar afronta líos jurídicos y ambientales.
“Desde el 2017 la Corte Constitucional emitió la sentencia T227 que a la fecha está en incumplimiento. Incumplimiento de no garantizar el acueducto de Patio Bonito que fueron afectados por la contaminación de lixiviados”, dice el abogado ambientalista, Leonardo Granados.
En las demandas está involucrada la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS), cuyo exdirector resultó imputado, y la empresa Rediba, que vendió el negocio del relleno a la multinacional francesa Veolia, actual operador que asegura estar mejorando deficiencias anteriores.
“Sea lo primero advertir que el sitio de disposición final no ha tenido ni tiene permiso para vertimiento de lixiviados, tampoco realizamos vertimientos a ninguna fuente hídrica”, señala Ismari Ortiz González, gerente de Veolia Santander.
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Este relleno fue construido sobre un distrito protegido y afectó, además, el agua potable de 50 familias, según explicaron los afectados.
“Aquí nos dañaron el agua, hicimos el pozo, pero también se dañó”, cuenta Claudia Patricia Moreno, habitante de la vereda Patio Bonito.
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La operadora asegura que, en este momento, están tramitando la construcción del acueducto.
“Contamos con la concesión de la fuente hídrica, diseños hidráulicos para la construcción y la distribución del agua, hasta las viviendas y la planta de tratamiento del agua potable”, agregó Ortiz.
Veolia también ha tenido que responder denuncias de los defensores del agua, que esperan pronta solución a las presuntas irregularidades.
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