Sin camisa, descalzo y durmiendo sobre un plástico en mitad del desierto fue encontrado Ali Sayed, comerciante extranjero plagiado el 13 de julio de este año.
El Gaula de la Policía, tras meses de investigación, llegó al lugar donde permanecía cautivo el hombre.
Cuando los menores de edad que cuidaban al secuestrado escucharon los helicópteros emprendieron inmediatamente la huida hacia caseríos cercanos, dejando solo al comerciante, quien corrió a las aeronaves en busca de protección.
Los delincuentes estaban seguros de que hablando en wayuunaiki la Policía nunca podría dar con el paradero del cautivo, sin embargo, no contaron con que un informante de la etnia los delataría.
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Las investigaciones iniciaron examinando cuidadosamente los videos de seguridad en los que se ve como delincuentes, en una camioneta de alta gama, interceptaron a Sayed y lo raptaron.
Luego, un testigo fue pieza clave para dar con el lugar donde tenían a la víctima, información que fue confirmada a través de interceptaciones a llamadas telefónicas en las que los captores exigían dos mil millones de pesos por la liberación.
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Con las coordenadas exactas, los agentes emprendieron el operativo que dio como resultado el rescate seguro de Ali Sayed.
De acuerdo con las autoridades, existiría una alianza entre wayús y venezolanos para llevar a cabo el secuestro.
La Policía busca, no solo a los dos menores de 14 años de la comunidad wayú, instrumentalizados por la banda para que cuidaran al secuestrado, sino también, a los al menos 20 delincuentes, entre ellos varios indígenas wayú, que se unieron con delincuentes venezolanos para cometer todo tipo de delitos en la frontera de la Alta Guajira colombiana con Venezuela.
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