Ruta Pacífica de las Mujeres gana Premio Nacional de Paz

El galardón fue recibido por la coordinadora nacional, Marina Gallego, quien subió al escenario junto a compañeras de su organización con una camiseta en la que podía leerse "La paz es imparable".

El grupo repitió el eslogan de la asociación: "¡Las mujeres no parimos hijos e hijas para la guerra!" que resume el trabajo realizado por ese colectivo que congrega a casi 300 organizaciones de toda Colombia.

Durante su intervención, Gallego subrayó que las mujeres son "dadoras y gestoras de vida" y subrayó la labor de la organización que convocó una Comisión de la Verdad de las mujeres en la que se escucharon 1.200 testimonios que registraron las agresiones que han sufrido durante el conflicto.

Unas horas antes de la entrega del galardón, Gallego explicó que, con su trabajo, la organización ha conseguido visibilizar los efectos que causa este conflicto sobre las mujeres.

Asimismo han conseguido reivindicar el protagonismo de las mujeres para construir la paz porque son capaces de rehacer "el tejido familiar y comunitario".

Gallego explicó que la paz es más que una firma en La Habana, sede de las negociaciones del Gobierno y las FARC, actualmente suspendidas a raíz del secuestro de un general del Ejército y dos acompañantes suyos en las selvas del Chocó (noroeste) y subrayó que es "el acumulado que se está visibilizando en el país" a través de organizaciones como las que han sido finalistas del premio.

Son ellas, además de la ganadora, el Centro de Reconciliación-Fundación para la Reconciliación y la Asociación Guardagolfo.

Sobre los principales retos que han tenido que superar para llevar adelante su proyecto, Gallego comentó que lo más difícil fueron las amenazas que han sufrido y el asesinato de activistas de base, así como la visión "militarista" que triunfó en el país.

"Esa visión degradó mucho la mentalidad porque Colombia comenzó a pensar que los conflictos se resuelven con enfrentamiento", añadió.

Esto generó un silencio traído por el militarismo y llevó a una amenaza permanente que afectó a las mujeres también en su día a día.

En referencia a la suspensión de los diálogos de paz tras el secuestro del general Rubén Darío Alzate por las FARC, Gallego dijo que "los negociadores no pueden levantarse de la mesa por el bien del país y para vivir sin miedo". 

Bogotá