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Semana Santa: ¿qué es el viacrucis y cómo se reza?

A través del viacrucis, la Iglesia católica recrea los momentos más importantes que vivió Jesús camino a su crucifixión. Estas son las catorce estaciones.

La primera estación del viacrucis es: Jesús es condenado a muerte
Primera estación del viacrucis: Jesús es condenado a muerte
Colprensa

El Viernes Santose lleva a cabo el rezo del viacrucis, que recrea los momentos más importantes de Cristo mientras caminó hacia el lugar donde fue crucificado.

Los feligreses caminan por catorce estaciones que representan cada parada o etapa del recorrido de Jesús hasta la cruz.

¿Cuáles son las estaciones del viacrucis?

  • Jesús es condenado a muerte
  • Jesús carga con la Cruz
  • Jesús cae por primera vez
  • Jesús encuentra a María, su Santísima Madre
  • Simón ayuda a llevar la Cruz de Jesús
  • La Verónica enjuga el rostro de Jesús
  • Jesús cae por segunda vez
  • Jesús consuela a las hijas de Jerusalén
  • Jesús cae por tercera vez
  • Jesús es despojado de sus vestiduras
  • Jesús es clavado en la Cruz
  • Jesús muere en la Cruz
  • Jesús en brazos de su Madre
  • Jesús es sepultado

¿Cómo se reza el viacrucis?

El sitio webcatholic.net compartió las oraciones que se deben realizar y las citas bíblicas a leer durante el viacrucis.

Oración inicial


1. En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
2. Señor, que la meditación de tu Pasión y Muerte nos anime y ayude a tomar la cruz de cada día y seguirte, para un día resucitar contigo en la gloria.
Amén.

Estación 1: Jesús es condenado a muerte

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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Evangelio según San Mateo 27, 22-23.26: “Díceles Pilato: ‘Y, ¿qué voy a hacer con Jesús, el llamado Cristo?’ Dicen todos: ‘¡Sea crucificado!’. ‘Pero, ¿qué mal ha hecho?’, preguntó Pilato. Más ellos seguían gritando con más fuerza: ‘Sea crucificado'. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se los entregó para que fuera crucificado”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

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Estación 2: Jesús carga con la cruz

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Mateo 27, 27-31: “Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ‘¡Salve, Rey de los judíos!’. Y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Estación 3: Jesús cae por primera vez

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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Libro del profeta Isaías 53, 4-6: “¡Y de hecho cargó con nuestros males y soportó todas nuestras dolencias! Nosotros le tuvimos por azotado, herido por Dios y humillado. Más fue herido por nuestras faltas, molido por nuestras culpas. Soportó el castigo que nos regenera, y fuimos curados con sus heridas. Todos errábamos como ovejas, cada uno marchaba por su camino, y Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

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Estación 4: Jesús encuentra a María, su Santísima Madre

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Lucas 2, 34-35.51: “Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: ‘Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción. ¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones’. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Estación 5: Simón ayuda a llevar la cruz de Jesús

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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Evangelio según San Mateo 27, 32; 16, 24: “Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar su cruz. Entonces dijo Jesús a sus discípulos: ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame’”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

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Estación 6: La Verónica enjuga el rostro de Jesús

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Libro del profeta Isaías 53, 2-3: “Creció ante él como un retoño, como raíz en tierra reseca. No tenía apariencia ni presencia; (le vimos) y carecía de aspecto que pudiésemos estimar”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Estación 7: Jesús cae por segunda vez

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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Libro de las Lamentaciones 3, 1-2.9.16: “Soy el hombre que ha visto la aflicción bajo el látigo de su furor. Me ha llevado y me ha hecho caminar en tinieblas y sin luz. Ha cercado mi camino con sillares, ha torcido mis senderos. Ha quebrado mis dientes con guijarros, me ha revolcado en la ceniza”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

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Estación 8: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Lucas 23, 28-31: “Jesús se volvió a ellas y les dijo: ‘Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos, porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron! Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Sepultadnos! Porque si al leño verde le hacen esto, ¿qué no le harán al seco?”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Estación 9: Jesús cae por tercera vez

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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Libro de las Lamentaciones 3, 27-32: “Bueno es para el hombre soportar el yugo desde su mocedad. Que se esté solo y silencioso, cuando el Señor se lo impone; que humille su boca en el polvo: quizá así quede esperanza; que ponga la mejilla a quien lo hiere, que se harte de oprobios. Porque no desecha para siempre a los humanos el Señor; después de afligir, se apiada según su inmenso amor”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

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Estación 10: Jesús despojado de sus vestiduras

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 33 -36: “Llegados a un lugar llamado Gólgota, esto es, ‘Calvario’, le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero él, después de probarlo, no quiso beberlo. Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echando a suertes. Y se quedaron sentados allí para custodiarle”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Estación 11: Jesús es clavado en la cruz

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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Evangelio según San Mateo 27, 37-38: “Sobre su cabeza pusieron, por escrito, la causa de su condena: «Este es Jesús, el rey de los judíos». Y al mismo tiempo que a él, crucifican a dos salteadores, uno a la derecha y otro a la izquierda”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

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Estación 12: Jesús muere en la cruz

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Mateo 27, 45-50: “Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: ‘¡Elí, Elí! ¿Lemá sabactaní?’. Esto es: '¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Al oírlo algunos de los que estaban allí decían: 'A Elías llama este’. Y enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber. Pero los otros dijeron: ‘Deja, vamos a ver si viene Elías a salvarle'. Pero Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu’”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Estación 13: Jesús en brazos de su Madre

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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Evangelio según San Juan 19, 25: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

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Estación 14: Jesús es sepultado

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Mateo 27, 59-61: “José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en un sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue”.

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

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